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[Reportaje] Campamento pro-Palestina en McGill: “tenemos un apoyo inesperado”

Dos estudiantes de origen latino de la Universidad McGill contaron a RCI por qué se sumaron al campamento que exige a la administración universitaria, entre otras cosas, desinvertir en empresas que apoyan al gobierno israelí. Alejandro Paz, profesor de la Universidad de Toronto narró por qué apoya a los estudiantes.

tentes de camping et drapeaux palestiniens par une journée ensoleillée.

El campamento de estudiantes pro-Palestina fue erigido en la Universidad McGill el pasado 27 de abril.

Foto: RCI / María Gabriela Aguzzi

Maria-Gabriela Aguzzi

Mientras se intensifican los combates cerca de Rafah y en el norte de la Franja de Gaza, estudiantes de diversas universidades de Canadá se mantienen acampando en las instalaciones de varios centros universitarios como forma de protesta ante el genocidio -tal y como lo declaró la relatora de la ONU, Francesca Albanese (nueva ventana)-, que el Estado de Israel está cometiendo contra el pueblo palestino.

En Montreal, en la provincia de Quebec, el campamento estudiantil en solidaridad con la población palestina en Gaza fue erigido el 27 de abril en el campus principal de la Universidad McGill, en el centro de la ciudad.

De acuerdo con dos estudiantes de origen latinoamericano, quienes pidieron a RCI no revelar sus nombres, la protesta se mantendrá hasta que la administración de la universidad escuche sus demandas.

"Nuestras demandas han sido muy claras: exigimos, primero, que el comité de inversiones de McGill revele todas las inversiones en empresas cómplices del genocidio del pueblo palestino. Pedimos también que se ponga fin a todos los cursos, prácticas y programas de intercambios con Israel, que normalizan la realidad violenta del régimen sionista. Y en tercer lugar exigimos la desinversión en empresas cómplices de la ocupación israelí y del genocidio palestino, que incluyen empresas de armamento y tecnología", explicó en entrevista vía Zoom a RCI una de las estudiantes entrevistadas.

Ambas estudiantes dijeron estar en el campamento desde el primer día e incluso una de ellas comentó que estuvo incluso en la parte organizativa de la manifestación. Dijo que también tiene orígenes palestinos y que eso sumó un argumento más para participar en la protesta. Ambas destacaron que su participación en la demostración obedece a su necesidad de denunciar "el genocidio en Gaza y para que McGill desinvierta su dinero".

Tengo raíces palestinas. Eso me ha motivado aún más a estar activa y pendiente de lo que sea que necesitamos dentro la comunidad, tanto en McGill como afuera [de la universidad]. Tengo ese lazo personal, por decirlo así, pero también, más allá de eso, quiero participar porque estoy en contra del genocidio y de lo que está haciendo Israel.
Una cita de Una estudiante de origen latino y palestino de la Universidad McGill, que participa en el campamento pro-Palestina

Parte del campamento en la Universidad McGill, en el que además de estudiantes y profesores de este centro universitario también participan miembros de otras universidades como Concordia y Laval, es accesible a todo el mundo. Sin embargo, se ha erigido una reja de metal que protege a la mayoría de las carpas donde duermen los participantes. En las afueras, hay otras carpas en las que se ofrece comida y artículos básicos de forma gratuita.

des tentes de camping et des drapeaux palestiniens par une journée ensoleillée, avec une pancarte sur laquelle on peut lire « Pas de liberté tant que la Palestine n'est pas libre ».Ampliar imagen (nueva ventana)

Un cartel en la entrada al campamento de estudiantes pro-Palestina en la Universidad McGill, ubicada en Montreal. En el cartel se lee "No habrá libertad hasta que Palestina sea libre"

Foto: RCI / María Gabriela Aguzzi

Las estudiantes entrevistadas por RCI dijeron que "el ambiente dentro del campamento está muy bien en líneas generales, pero advirtieron que depende mucho del clima. Si está lloviendo todo es mucho más difícil".

"La comunidad viene todos los días a apoyarnos. Esto nos ayuda enormemente. Tenemos un apoyo inesperado, sobre todo, de la comunidad árabe de Montreal".

En la demostración, reiteraron ambas estudiantes, participan igualmente miembros de la comunidad judía de Montreal. "Han estado presentes todo este tiempo, porque es un espacio muy seguro. Hablamos de una comunidad muy diversa. [Quienes van] son judíos antisionistas y toman ese rol de diferenciar el judaísmo y el sionismo", enfatizó una de las jóvenes, quien agregó que desde que se erigió el campamento ha pasado varias noches durmiendo en una carpa.

Además, dijo la otra estudiante de origen latino, "contamos con un grupo de profesores de McGill que siempre nos ha apoyado y que siempre ha estado ahí, acompañándonos".

Una movilización por tiempo indefinido

Las autoridades gubernamentales de Quebec y la administración de la Universidad McGill han calificado como ilegal la demostración. La semana pasada, el primer ministro provincial, François Legault, pidió a la policía de Montreal que desmantele las carpas. Sin embargo, el martes, Legault indicó que esa es una acción que corresponde a la universidad y a las autoridades policiales.

Sobre las negociaciones con la administración de McGill, una de las estudiantes entrevistadas por RCI dijo que ha habido conversaciones entre ambas partes. "Ha habido negociaciones y hemos expresado nuestras demandas de una forma muy clara a la universidad y a la administración, pero no nos han propuesto ningún plan concreto para que tomen acción y cumplan con nuestros requisitos", explicó.

Seguiremos aquí hasta que respeten nuestras demandas y las cumplan. El campamento es indefinido por ahora. No pensamos movernos hasta que nos propongan un plan concreto y hasta que no desinviertan al 100%.
Una cita de Una estudiante de McGill de origen latino que participa en el campamento pro-Palestina

Sin embargo, los abogados de MgGill acudieron a los tribunales solicitando una orden judicial para desmantelar el campamento propalestino. En una moción del viernes 10 de mayo, McGill argumentó que el campamento suponía un riesgo para la salud y la seguridad pública y que éste había aumentado las tensiones en el campus.

El lunes 13 de mayo, McGill pidió a un juez que ordenara a los manifestantes dejar de acampar u ocupar sus terrenos y que autorizara a la policía de Montreal a ayudar a la universidad a desmantelar el campamento.

"Más allá del 7 de octubre"

Cuando ambas estudiantes fueron interrogadas sobre su perspectiva tras lo ocurrido el pasado 7 de octubre en Israel, cuando Hamás lanzó un ataque sorpresivo contra Israel que dejó como saldo unas 1.200 personas muertas, y 240 que fueron tomadas como rehenes, las dos insistieron en que "nosotros estamos acá porque esto es algo que lleva sucediendo desde hace más de 76 años. Todo esto va más allá del 7 de octubre", enfatizó una de ellas. "Se trata de una ocupación de 76 años", agregó la otra estudiante.

Tentes de camping et drapeaux palestiniens par une journée ensoleilléeAmpliar imagen (nueva ventana)

Parte de la entrada al campamento de estudiantes en solidaridad con Palestina, en el campus del centro de Montreal de la Universidad McGill.

Foto: RCI / María Gabriela Aguzzi

Según las autoridades de salud en Gaza, unos 34.844 palestinos han perdido la vida en la Franja de Gaza, en su mayoría mujeres y niños, desde que Israel declaró la guerra a Hamás y lanzó su ofensiva el 7 de octubre. Otras 78.404 personas han resultado heridas en territorio palestino.

El Ministerio de Salud en Gaza es la única fuente oficial de datos sobre víctimas en Gaza, ya que Israel ha cerrado las fronteras en la región impidiendo la entrada no sólo de periodistas extranjeros, sino de personal humanitario.

"En Gaza, cada día mueren unos 160 niños; es decir, uno cada 10 minutos", declaró ya en noviembre Christian Lindmeier, portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El 5 de mayo, el gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu ordenó el cierre de las operaciones de la red informativa Al Jazeera en Israel, además de la confiscación de sus equipos, mientras continúe la guerra en Gaza.

Un movimiento de muchos años

Estudiantes pro-palestinos también han levantado campamentos en otros centros educativos de Canadá, como la Universidad de Toronto, la Universidad de Ottawa, en el campus de Vancouver de la Universidad de Columbia Británica y desde el martes 7 de mayo en la Universidad de Manitoba, en el centro del país.

Alejandro Paz, profesor de Antropología en la Universidad de Toronto, explicó a RCI que estos campamentos representan una forma de protesta no violenta ante lo que está ocurriendo en la Franja de Gaza. Dijo que se trata de un movimiento que se ha ido creando a lo largo de muchos años.

Une personne regarde la caméra.

Alejandro Paz es profesor de Antropología en la Universidad de Toronto.

Foto: RCI / Captura de pantalla - María Gabriela Aguzzi

"Los estudiantes dicen que esta es la única forma de presionar, de hacer una forma de resistencia no violenta. Recordemos que la llamada original del movimiento BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones) fue en 2005. Esto tiene una historia, tiene una tradición dentro de la lucha palestina para la liberación, que es una lucha justa", destacó Paz, cuyas publicaciones y trabajos en curso se basan en un" trabajo de campo etnográfico, archivístico y lingüístico en Israel/Palestina", se lee en la página en internet de la Universidad de Toronto.

El movimiento BDS es dirigido por palestinos "en favor de la libertad, la justicia y la igualdady defiende el principio de que los palestinos tienen los mismos derechos que el resto de la humanidad, se lee en su sitio en internet".

Esta petición de BDS ha sido hecha por muchas organizaciones palestinas y por la sociedad civil. Los palestinos fueron expulsados y exiliados en 1948 y sus propiedades fueron tomadas por el Estado de Israel. Todo fue destruido. La ONU, incluso, aprobó una resolución dándole el derecho de retorno a los exiliados palestinos y 76 años después seguimos esperando el momento en el que se pueda reconciliar esa justicia histórica. Entonces, esto no es algo que los estudiantes de las universidades inventaron hace un mes, se trata de algo que surge de un movimiento de muchos años.
Una cita de Alejandro Paz, profesor de Antropología de la Universidad de Toronto

Paz, cuya esposa es israelí, apoya a los estudiantes en el campamento y ha seguido de cerca el desarrollo de la protesta en Toronto. "Los estudiantes han estado negociando con la administración de la universidad, ya que por muchos meses han visto lo que está pasando en la Franja de Gaza y ven un genocidio", enfatizó.

Las peticiones de los activistas en esta universidad son las siguientes:

“1. Desinvertir la dotación de la universidad, los activos de capital y otras participaciones financieras de todas las inversiones directas e indirectas que sostienen el apartheid israelí, la ocupación y el asentamiento ilegal de Palestina;

2. Revelar todas las inversiones realizadas en dotaciones, activos de capital a corto plazo y otras participaciones financieras de la universidad en lo sucesivo;

3. Poner fin a todas las asociaciones con instituciones académicas israelíes que operan en los asentamientos ilegales en Palestina ocupada, territorios o que sostengan o apoyen las políticas de apartheid del Estado de Israel y su genocidio en Gaza”.

Des manifestants jeudi soir au campement propalestinien de l'Université de Toronto.Ampliar imagen (nueva ventana)

Una foto del campamento pro-Palestina de la Universidad de Toronto.

Foto: La Presse canadienne / Christopher Katsarov

Para los estudiantes, indicó el profesor en Antropología, "hay una complicidad con lo que está haciendo el Estado de Israel" y de allí la gran participación de activistas en este campamento, que no se limita sólo a estudiantes de la Universidad de Toronto, sino también a profesores de esa misma casa de estudios, así como de la Universidad McMaster, la Universidad Wilfrid Laurier, la Universidad de Windsor y más recientemente de la Universidad de Alberta.

De acuerdo con el profesor, mantenerse acampando no es una actividad sencilla para muchos de los estudiantes, quienes, dijo, deben también trabajar, porque "muchos de ellos no tienen muchos recursos".

Muchos están haciendo un esfuerzo tremendo. Tienen que trabajar. He visto que muchos estudiantes llegan al campamento y dicen que se tienen que ir a las 10 pm porque les toca trabajar en la noche. Esto no es fácil, no es agradable, pero al mismo tiempo ellos sienten una comunidad, un esfuerzo colectivo, que es muy importante, y entienden que son parte de un movimiento mucho más amplio (...) Lo que está pasando en la Franja de Gaza es un horror.
Una cita de Alejandro Paz, profesor de Antropología de la Universidad de Toronto

Demandas que son posibles de cumplir

Para Paz, cumplir con las exigencias de los estudiantes es algo posible, agregando que otros centros universitarios están abriendo comités para investigar lo que está sucediendo, entre ellas, la Universidad Rutgers (Nueva Jersey, Estados Unidos), la Universidad Brown (Rhode Island, Estados Unidos), Goldsmiths (Canadá) y la Universidad Thompson River (Canadá).

"Todas están pensando en cómo lograrlo, porque al fin y al cabo es lo justo para llegar a un futuro donde palestinos e israelíes puedan vivir juntos. No nos queda otra. Es muy importante encontrar estas formas no violentas de llegar a ese futuro", expresó.

Para el profesor de Antropología este tipo de demostraciones también hace parte de lo que representa una casa de estudios. "La universidad no es sólo hacer trabajos y recibir un diploma. No es sólo hacer ensayos para el final del semestre. Es un espacio para pensar, de forma democrática, cuáles son los cambios que el mundo necesita y cómo los vamos a conseguir".

Alejandro Paz indicó que en el campamento reina el sentido de comunidad y que en las actividades también participan miembros de la comunidad judía de Toronto. “El viernes 3 de mayo, por ejemplo, celebramos el Sabbat con The People's Circle for Palestine (El Círculo de los Pueblos por Palestina), todos juntos”.

Sobre lo ocurrido el 7 de octubre, Paz aseveró que se trató de un hecho "horrible".

"Por eso creo que el BDS es un camino. Si no te gusta lo que pasó el 7 de octubre, es un camino. Dos primos de mi suegro fueron secuestrados. Uno de ellos ya fue liberado, pero el otro no. Se trata de algo muy cercano a mi familia y es muy doloroso (...) No lo veía antes, pero especialmente, después del 7 de octubre: no veo un futuro basado en políticas de apartheid, en la continuación de la represión militar, en la increíble violencia militar que es necesaria para mantener el Estado de Israel como un estado que mantiene a los ciudadanos judíos como supremos, con más derechos que otros. Se trata de un régimen extremadamente despiadado", reiteró.

Paz agregó que "sabemos, por muchos contextos latinoamericanos, que cuando se impone un régimen con tanta brutalidad, recibes también brutalidad. Podemos pensar en muchos movimientos guerrilleros durante el siglo XX y algunos que siguen hasta la actualidad que han llegado a la conclusión, luego de sufrir represión militar, que sólo con las armas podrán defenderse".

Maria-Gabriela Aguzzi

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